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La Fórmula 1 conduce hacia la ecología

Atrás ha quedado la época en la cual los motores de los monoplazas de la Fórmula 1 eran artefactos rimbombantes y ensordecedores. Desde 2014, la máxima categoría del automovilismo ha tomado acción para que los propulsores mantengan la alta velocidad de los vehículos, pero que al mismo tiempo tengan un efecto ecológico.

Los motores híbridos han reemplazado a los potentes modelos de combustión, y su tecnología está conformada por la unidad de potencia V6 turbo híbrida (motor de combustión + sistema eléctrico de recuperación y almacenaje de energía), que promueve la eficiencia y reduce la contaminación.

De acuerdo con los números presentados por la organización de la Fórmula 1, las unidades de potencia superaron en 2017 el 50% de eficiencia energética y este año han alcanzado cifras cercanas al 55%. Esto significa que más de la mitad de la energía generada por la combustión del carburante es aprovechada en forma de potencia.

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Este es un hecho inédito en el mundo del motor, ya que los motores térmicos de gasolina no suelen superar el 30% y los diésel e híbridos presentes en el mercado no llegan al 45% de eficiencia.

La iniciativa de la F1, en conjunto con la Federación Internacional de Automovilismo, busca implementar cada vez más proyectos para la reducción del carbono y convertirse en un deporte más sostenible.

Además de los planes para eliminar la huella de carbono en los coches de F1 y las actividades en pista, las iniciativas incluyen acciones para permitir que la logística y los viajes sean más eficientes y que tanto las oficinas como las fábricas que utilicen energía 100% renovable.

La F1 decidió cambiar su estrategia de acuerdo con los números que en 2019 arrojaron que la huella de carbono del campeonato había sido de 256.551 toneladas de CO2.

La logística produjo 45% con los transportes de mercancías por aire, tierra o mar, incluyendo el equipamiento de los equipos, de la F1, del Paddock Club y de los neumáticos.

Mientras, los viajes representaron casi 28% de la contaminación, tomando en cuenta todas las personas que se trasladan por tierra o aire y el impacto de los hoteles, contando a todos los empleados de los equipos de F1 y de los principales socios de los eventos.

Por eso, el plan de conservación a mediano plazo se ha dividido en dos etapas:

  • Para 2025:

– Materiales sostenibles con toda la basura reutilizable o reciclable.

– Proveer información y herramientas para que los aficionados utilicen una vía más verde en las carreras.

– Transformar los circuitos y las áreas a su alrededor para que promuevan el bienestar de los aficionados y la naturaleza.

– Motivar a los habitantes de las zonas para que se involucren en las iniciativas ecológicas.

  • Para 2030:

– Automóviles de carreras con cero emisiones netas.

– Aumentar la eficiencia de la logística y los viajes hasta que se eliminen por completo las emisiones de carbono.

– Oficinas, instalaciones y fábricas con energía 100% renovable.

– Compensaciones comprobables y programas para lograr neutralizar el CO2.

AUTOR:
JOSÉ MANUEL VALLADARES
PR Executive
jose.valladares@intcomex.com